martes, 17 de febrero de 2015

Las relación de las cefaleas con el higado

¿De qué forma un hígado disfuncional puede desencadenar la aparición de cefaleas?
El hígado es una glándula con múltiples funciones metabólicas esenciales para el correcto funcionamiento del organismo. Entre ellas, la regulación de la glucemia, la desintoxicación del organismo, la metabolización de los lípidos, la síntesis de los precursores de las hormonas sexuales, la metabolización de los medicamentos, almacenamiento de sangre…
Para su correcto funcionamiento, el hígado debe poseer una buena capacidad de movimiento, sin estar frenado ni comprimido por ninguna de las estructuras que lo rodean: costillas, diafragma, intestino, vesícula…  Cuando no posee una buena movilidad, su funcionamiento se verá enlentecido, dificultando así la tan importante función de desintoxicante del organismo.
Las toxinas que no son eliminadas por el hígado permanecen en el organismo, irritando los tejidos y provocando su inflamación.

¿Cómo son las cefaleas de hígado?
Las cefaleas debidas a una congestión hepática suelen ser bilaterales, es decir, en ambos lados de la cabeza, con dolor cervical u ocular y con hipersensibilidad del cuero cabelludo. En ocasiones pueden aparecer migrañas, es decir, dolores latentes en la mitad del cráneo y la cara.

Cuando el hígado está sobrecargado puede aparecer hipersensibilidad a la luz una o dos horas después de comer y visión borrosa. También pueden aparecer sinusitis crónicas, pelo graso y caída del cabello.
Es habitual que aparezcan otros síntomas como alteraciones del sueño, cansancio, alteraciones digestivas, alteraciones menstruales…

¿Cómo prevenir las cefaleas provocadas por el hígado?
Evidentemente, el principal objetivo es conseguir descongestionar y desintoxicar el hígado. Para ello se debe afrontar el problema desde dos frentes:
Por un lado, la terapia manual con el objetivo de liberar su movilidad, de relajar todas las estructuras que lo rodean para que tenga la suficiente libertad de movimiento como para poder realizar correctamente su función.
Por otro lado, el cuidado desde el punto de vista alimenticio, evitando o disminuyendo la ingesta de alimentos o sustancias a las que es especialmente sensible tales como:

  • Medicamentos.
  • Alcohol.
  • Conservantes y aditivos alimenticios.
  • Sulfitos, que pueden aparecer etiquetados como E220 y E227: están presentes en frutas secas, vino, cerveza, mostaza, verduras en conserva…
  • Pasteles, fritos, azúcar…
  • Grasas, nata, chocolate y quesos.
Es recomendable no comer en abundancia y masticar bien la comida, y aumentar la ingesta de frutas y verduras frescas, zumo de limón, olivas…
Otra buena forma de desintoxicar el hígado es la sauna, el baño turco y el ejercicio (mejor al aire libre).

Fuente: S.N.

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