jueves, 21 de noviembre de 2013

OHSO HABLA DE MASAJES

El masaje es algo que tú puedes comenzar a aprender pero nunca terminas. Sigue y sigue, y la experiencia se vuelve continuamente más y más profunda, y más y más elevada. El masaje es uno de los artes más sutiles, y no es una cuestión de habilidad. Es más una cuestión de amor...
Aprende la técnica, luego olvídala. Entonces sólo siente, y muévete por sentimientos. Cuando lo has aprendido profundamente, el noventa por ciento del trabajo se hace por amor, el diez por ciento con la técnica. Con solo un toque verdadero, un toque amoroso, algo se relaja en el cuerpo.
Si tu amas y sientes compasión por la otra persona, y sientes el valor más elevado de ella; si no la tratas como si fuera un mecanismo que debe ser puesto en orden, sino una energía de enorme valor; si tu estás agradecido que ella confíe en ti y permita que juegues con su energía, entonces pronto te sentirás como si estuvieras tocando en un órgano. El cuerpo entero se convierte en las teclas del órgano y puedes sentir una armonía creándose dentro del cuerpo. No solamente ayudarás a la persona, sino que también a ti.
El masaje se necesita en el mundo porque el amor ha desaparecido. Antes el toque propio de los amantes era suficiente. La madre tocaba a su hijo, jugaba con su cuerpo, y eso era masaje; era suficiente, más que suficiente. Era una relajación profunda y parte del amor.
Pero eso ha desaparecido del mundo. Luego hemos olvidado dónde tocar, como tocar, cuan profundo tocar. De hecho el tocar es el lenguaje más olvidado. Nos hemos vuelto casi torpes en el tocar, porque la propia palabra ha sido corrompida por las llamadas personas religiosas. Ellas les han dado un tinte sexual. La palabra se ha vuelto sexual y la gente se ha vuelto temerosa. Todos están en guardia para no ser tocados a menos que lo permitan.
Ahora en Occidente se ha llegado al otro extremo. El tocar y el masaje se han vuelto sexuales. Ahora el masaje es sólo una cubierta, una manta, para la sexualidad. En verdad ni el tocar ni el masaje son sexuales. Son funciones del amor. Cuando el amor cae de sus alturas se vuelve sexo, y entonces se vuelve feo. Entonces sé piadoso. Cuando toques el cuerpo de una persona sé piadoso, como si Dios mismo estuviera allí, y tú estás justamente sirviéndolo. Fluye totalmente con la energía. Y siempre que veas al cuerpo fluyendo y la energía creando un nuevo modelo de armonía, sentirás un deleite que nunca has sentido antes. Caerás en profunda meditación.
Cuando des masaje, sólo masajea. No pienses en otras cosas porque son distracciones. Sitúate en tus dedos y tus manos como si todo tu ser, toda tu alma estuviera allí. Toda tu alma entra en el cuerpo del otro, lo penetra, relaja su complexión más profunda.
Y haz de él un juego. No lo hagas como un trabajo; hazlo un juego.
El masaje es entrar en resonancia con la vitalidad del cuerpo de alguien y sentir dónde está ausente, sentir dónde el cuerpo está fragmentado y hacerlo un todo... ayudar a la energía del cuerpo de manera que no sea más fragmentario, no más contradictorio. Cuando las energías del cuerpo están alineándose y convirtiéndose en una orquesta, entonces lo habrás logrado.
Así que sé muy respetuoso con un cuerpo humano. Es el verdadero altar de Dios, el templo de Dios. Así que con profunda reverencia, como en oración, aprende tu arte. Es una de las cosas más maravillosas para aprender.
Tu puedes ser realmente profundo en el masaje, puedes ir muy lejos. Hasta ahora has estado nadando solo en la superficie. Puedes sumergirte muy profundamente, y será una gran ayuda para tu crecimiento interior.
El masaje no es algo común. Tiene un tremendo significado. Hay solo unas pocas personas que han nacido para el masaje. Tu eres una de ellas. Tu energía puede ir muy pero muy profundo. Pero siempre recuerda unas pocas cosas cuando des masaje. Primero: la persona que estás masajeando no tiene cuerpo. Considérala como incorpórea y tu masaje irá muy pero muy profundo. Primero piensa en ella como si no tuviera cuerpo, entonces piensa en ti como si no tuvieras cuerpo. Por cuerpo quiero decir que ni tú ni ella son materia, son energía.
Cuando dos cosas materiales se acercan, colisionan. Cuando dos energías se acercan simplemente se unen y se mezclan y se funden una con otra, no hay colisión. Dos cuerpos físicos están obligados a colisionar. Y siempre que toques el cuerpo de alguien como un cuerpo y ese alguien también se sienta a sí mismo como un cuerpo, habrá una contracción, una defensa. La coraza defensiva comienza a trabajar.
Así que lo primero es sentir que el otro es sólo una energía; tú eres también una energía. Y luego comienza a jugar con la energía. Haz más juego que trabajo. Haz más música que masaje. Déjalo ser más del corazón que de la mente.
La técnica debe ser conocida, pero luego olvídala. Uno debería conocer la técnica y luego debería no molestar con ella. Permanece en lo profundo de la conciencia y funciona desde allí pero tú te mueves con la intuición. Así tu sientes la energía de la otra persona, te presentas a ti mismo como un fenómeno energético, y entonces dos energías comienzan a jugar. El masaje es casi como el amor.
Y si te puedes desenvolver de esa manera, tendrás muchas experiencias y te beneficiarás tremendamente. El masajeado puede no beneficiarse tan profundamente, depende de él o de ella. Si el masajeado también pierde toda la conciencia del cuerpo, olvida el cuerpo y recuerda solo un sutil juego de energía -ondas de energía y nada más- entonces él también se beneficiará. Y el beneficio será no solo relajación, el beneficio se volverá profundamente espiritual. El cuerpo se beneficiará automáticamente, pero se tocarán capas más profundas.

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